Ya han pasado algunas horas y he podido digerir lo que sucedió el mágico domingo 10 de junio, día de la clausura de la 77 Feria del Libro de Madrid, evento para mí mítico, reverencial, cita obligada año tras año… pero mi habitual rol de lector en busca de firmas -que este año también he saciado- se complementa con algo que me hacía muchísima ilusión. Esta vez me tocaba estar dentro de la caseta 161 de Almuzara, la editorial de Enigmas y misterios de Madrid, y que ha albergado tantos autores de historia y de temas enigmáticos que se ha convertido este año en la referencia en cuando al misterio en la Feria.
Así que la tarde del citado domingo preparé mi look -arreglado pero informal-, mis bolígrafos, y me dispuse a entregarme al ahora, a disfrutar y a firmar libros con la mejor de mis actitudes. También llevé a cabo una pequeña ruta por el Retiro, contando algunos de los lugares que están presentes en el libro, y a juzgar por la siguiente foto fue todo un éxito.
Después de visitar algunos de mis rincones favoritos de este parque de ensueño (ay, cómo me gusta Madrid) fuimos a la firma de libros y tuve la grata sorpresa de comprobar la buen acogida del libro mientras iban pasando por la mesa amigos, familiares y caras nuevas que espero conocer más en un futuro. El caso es que la afluencia superó todas mis expectativas y, como anécdota, tuvieron que venir dos amables responsables de seguridad para colocar la cola y situar unas vallas que facilitaran el fluir de los asistentes. Niños, jóvenes, adultos y… ¡hasta un precioso perrito! se dieron cita llenándome de alegría y de una fuerza tremenda para afrontar nuevos proyectos sabiendo que la gente cercana estará ahí, y que mi familia es una piña. Con estos aliados y con sus firmas -ellos también me firmaron a mi- me marcho con una huella imborrable en el alma. Espero poder repetir esta experiencia, pero mientras tanto soy consciente de lo difícil que es estar aquí firmando, y también doy gracias infinitas a todos, y me siento humilde y un afortunado. Sin más como una imagen vale más que mil palabras, os dejo un álbum de fotos que me encantan:
Álvaro Martín 