Es muy preocupante tener una vida sin vocación, algo que es más común de lo que pensamos y bastante triste según mi parecer. Gente que se pasa la vida buscando sin encontrar nada que le llene, o incluso aquellos que ni se molestan en buscar.
Desde hace tiempo encontré mi vocación, aunque por ahora no me reporta ningún beneficio. Aquello que eres feliz haciendo y no te importa trabajar a destajo a horas intempestivas para que quede un buen producto… Aunque ese «producto» – vídeos, artículos, etc. – no pueda ser comercializado. Me considero un comunicador y mi tema favorito es el misterio, tema amplio y a veces muy desvirtuado que engloba todo aquello para lo que hoy no tenemos respuesta. Apasionante ¿verdad?
Pero el misterio no es un camino de rosas, pues es muy difícil ganarte la vida con ello según mi experiencia. A veces es algo escurridizo, la fe va y viene; otras, algo desvirtuado y prostituido en virtud de lo sencillo, de vender el miedo. He tenido la oportunidad de hablar con gente que lleva muchos años, y nadie me dice que sea fácil. Me muestran un mundo que parece muy enrarecido, en el que pocas cosas son lo que parecen…
Lejos de todo esto, yo quiero unión, colaboración, crear. Quiero proyectos interesantes y gente con ilusión. Quiero que se extingan las envidias y los egos ¿Imposible? No lo sé, quizás. Pero el misterio mismo me ha enseñado que aquellas cosas que considerábamos imposibles se manifiestan sin más cuando menos te lo esperas, para dejarte boquiabierto y con el corazón a punto de salirse del pecho. Sueño con dedicarme a esto, a comunicar y difundir eso que llamamos misterio desde un campo muy abierto, lleno de posibilidades y en una sociedad, como la actual, llena de opciones a solo un click de distancia.
Si tengo que ser un lobo estepario, lo seré. Pero antes te tiendo mi mano.
alvaro.mar.per@gmail.com